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lunes, 8 de agosto de 2011

Libertad de expresión y democracia


05/08/2011
María Camila Morales
Reporteros Sin Fronteras (RSF) publica todos los años el listado de los depredadores de la libertad de expresión en el mundo. Según apartes de su comunicado, los seleccionados son los “jefes de Estado o de la guerra que siembran el terror entre los periodistas”. Añade que son “responsables políticos de un régimen hostil a las libertades” y “los medios de comunicación son su presa”.
De forma sorprendente los escogidos en América Latina no incluyen ni a Rafael Correa, ni a Hugo Chávez, ni a Evo Morales, ni a Cristina Kirchner entre otros. RSF se limita a Raúl Castro en Cuba, al grupo paramilitar las Aguilas Negras de Colombia, los carteles de Sinaloa, el Golfo y Juárez en México y el hombre de negocios Miguel Facussé Barjum en Honduras.
No se puede decir que se trate de un olvido pero si de un criterio de selección que deja mucho que desear. Ecuador, Venezuela, Bolivia, Argentina y Nicaragua utilizan fachadas legales para censurar a los medios de comunicación. Pero pese a que los actos de cierre de canales, multas, sanciones y demandas se amparan en leyes, que los propios gobiernos han hecho a su medida, no dejan de ser actos en contra de la libertad de expresión. Un ataque frontal para silenciar a aquellos que tienen opiniones diferentes.
Los canales de televisión Globovisión y Teleamazonas que criticaban abiertamente a los gobiernos de Chávez y Correa, fueron víctimas de medidas administrativas por su cobertura. La intimidante auditoría que sufrió el diario Clarín fue por supuestas “irregularidades laborales”. La reducción al 33% de la participación privada en radios y televisión bolivianas hace parte de la nueva legislación del espectro radioeléctrico del país. Y la creación de un Consejo ecuatoriano de Regulación y Desarrollo de la Comunicación no es más que una mordaza para los periodistas.
El presidente Correa, no dudó en demandar al diario El Universo y al columnista Emilio Posada por injuria. No será su última campaña, pues como él mismo advirtió no se pueden meter con su familia, su honor y el 30 de septiembre (sublevación policial o intentona golpista) . Muy valiente será el juez que se arriesgue a llevarle la contraria en Ecuador.
La Sociedad Interamericana de Prensa está alertando sobre el deterioro de la libertad de prensa en la región. Incluso su presidente Gonzalo Marroquín ha visitado Quito para intentar un acercamiento. Pero será difícil ver un cambio cuando la definición de libertad de expresión no es la misma entre los interlocutores.
El secretario Nacional de Comunicación de Correa le escribió al Washington Post “la libertad de prensa está viva y saludable” enumerando la cantidad de radios, periódicos, revistas y canales de televisión ecuatorianos.
Sin embargo dichos regímenes parecen no entender que hay una diferencia entre propaganda e información y que la autocensura no es periodismo.
La prensa ha sido llamada “el cuarto poder”. Su labor no es “tumbar” gobiernos como temen algunos. Es darles a los ciudadanos libre acceso a la información y permitirles debatir y participar en la pluralidad de opiniones cimiento de todas las democracias. Pero si con su trabajo investigativo se revelan los errores, engaños y corrupción de los gobiernos no se puede culpar a los periodistas. La lucha contra el abuso de poder en América Latina fue una batalla que costó mucha sangre durante las dictaduras militares. La prensa fue un arma fundamental para combatirlas, ¿por qué querer callarla ahora?

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