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miércoles, 31 de agosto de 2011

La protección de la niñez empieza con el respeto de su imagen


30/08/2011
María Camila Morales
Todo parece indicar que la memoria de los franceses es muy corta. Solamente unas semanas después del escándalo de las fotos de moda de la revista Vogue donde posaban menores de edad de forma sensual, el turno es para otra publicación de igual renombre.
Se trata de Marie Claire cuya portada de regreso a las clases tiene a una pequeña niña maquillada y vestida como una adolescente. Un afiche gigante que se puede ver en los kioscos y paradas de bus en París.
¿Simple publicidad para un nuevo mercado muy rentable o una foto que roza con el coqueteo hacia los hombres? Lamentablemente, en un mundo donde el equilibrio mental parece ser una cualidad muy escasa, por más angelical o informal que sea la pose, se presta a confusiones graves. Los menores de edad no pueden ser utilizados como objetos de deseo de ningún tipo.
La pedofilia y el turismo sexual de niños y niñas se alimenta de este tipo de imágenes. En territorio europeo son fuertemente reprimidos y perseguidos los hombres que abusan de menores de edad. Por eso su apetito sexual lo van a satisfacer en Asia y América Latina como denuncian las organizaciones no gubernamentales que trabajan en el tema.
La Unicef y la Organización Mundial del Turismo (OMT) no son ajenas a esta problemática. Conscientes de la gravedad de la situación, intentan prevenir con educación a las posibles víctimas. En Centroamérica, por ejemplo, existe la campaña por un “turismo sostenible” que alienta a hoteleros y a los pobladores de las zonas turísticas para que rechacen y denuncien la demanda de prostitución infantil.
Según la Red Internacional de Organizaciones contra la Explotación Sexual Comercial Infantil (ECPAT) en México, 16 mil niños, niñas y adolescentes son víctimas de explotación sexual cada año por “turistas”.
Las cifras se repiten en otros países latinoamericanos, en especial en aquellos que se enorgullecen por los beneficios económicos que dejan los visitantes. La OMT advertía desde el 2008 que uno de cada cinco turistas viaja en busca de sexo y en Latinoamérica y el Caribe su preferencia es con menores de edad.
Los gobiernos latinoamericanos tienen una enorme responsabilidad en el aumento de los índices de turismo sexual infantil. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar estima que unos 35 mil menores de edad son obligados a prostituirse como consecuencia de la pobreza. Y en el balneario de Cartagena de Indias serían más de dos mil las víctimas cada año.
Sin embargo, algunos países como Brasil han implementado una fuerte campaña de publicidad en los principales puertos de entrada al territorio para recordar que la explotación sexual de niños no es una atracción nacional. Sin duda, el mundial de fútbol y las Olimpiadas serán una prueba de fuego para evitar que aumenten los casos.
Ardua tarea luchar contra los turistas sexuales. Pero para afrontarlos se necesita unir fuerzas. Europa podría empezar por no tratar con liviandad las imágenes de las menores de edad. No es un asunto de otros. Es de todos proteger a nuestros hijos para que no sean objetos sexuales y comerciales.

La protección de la niñez empieza con el respeto de su imagen


30/08/2011
María Camila Morales
Todo parece indicar que la memoria de los franceses es muy corta. Solamente unas semanas después del escándalo de las fotos de moda de la revista Vogue donde posaban menores de edad de forma sensual, el turno es para otra publicación de igual renombre.
Se trata de Marie Claire cuya portada de regreso a las clases tiene a una pequeña niña maquillada y vestida como una adolescente. Un afiche gigante que se puede ver en los kioscos y paradas de bus en París.
¿Simple publicidad para un nuevo mercado muy rentable o una foto que roza con el coqueteo hacia los hombres? Lamentablemente, en un mundo donde el equilibrio mental parece ser una cualidad muy escasa, por más angelical o informal que sea la pose, se presta a confusiones graves. Los menores de edad no pueden ser utilizados como objetos de deseo de ningún tipo.
La pedofilia y el turismo sexual de niños y niñas se alimenta de este tipo de imágenes. En territorio europeo son fuertemente reprimidos y perseguidos los hombres que abusan de menores de edad. Por eso su apetito sexual lo van a satisfacer en Asia y América Latina como denuncian las organizaciones no gubernamentales que trabajan en el tema.
La Unicef y la Organización Mundial del Turismo (OMT) no son ajenas a esta problemática. Conscientes de la gravedad de la situación, intentan prevenir con educación a las posibles víctimas. En Centroamérica, por ejemplo, existe la campaña por un “turismo sostenible” que alienta a hoteleros y a los pobladores de las zonas turísticas para que rechacen y denuncien la demanda de prostitución infantil.
Según la Red Internacional de Organizaciones contra la Explotación Sexual Comercial Infantil (ECPAT) en México, 16 mil niños, niñas y adolescentes son víctimas de explotación sexual cada año por “turistas”.
Las cifras se repiten en otros países latinoamericanos, en especial en aquellos que se enorgullecen por los beneficios económicos que dejan los visitantes. La OMT advertía desde el 2008 que uno de cada cinco turistas viaja en busca de sexo y en Latinoamérica y el Caribe su preferencia es con menores de edad.
Los gobiernos latinoamericanos tienen una enorme responsabilidad en el aumento de los índices de turismo sexual infantil. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar estima que unos 35 mil menores de edad son obligados a prostituirse como consecuencia de la pobreza. Y en el balneario de Cartagena de Indias serían más de dos mil las víctimas cada año.
Sin embargo, algunos países como Brasil han implementado una fuerte campaña de publicidad en los principales puertos de entrada al territorio para recordar que la explotación sexual de niños no es una atracción nacional. Sin duda, el mundial de fútbol y las Olimpiadas serán una prueba de fuego para evitar que aumenten los casos.
Ardua tarea luchar contra los turistas sexuales. Pero para afrontarlos se necesita unir fuerzas. Europa podría empezar por no tratar con liviandad las imágenes de las menores de edad. No es un asunto de otros; es un deber de todos proteger a nuestros hijos para que no sean objetos sexuales y comerciales.

martes, 30 de agosto de 2011

Brasil podría pagar caro su falta de apoyo a los rebeldes libios


29/08/2011
María Camila Morales
Aunque el líder libio Muamar Gadafi todavía no ha sido arrestado, ya se puede decir que Libia es un nuevo país. Lo que no ha cambiado es que sigue siendo rico en petróleo.
Antes de los bombardeos de la OTAN y los sangrientos enfrentamientos con los rebeldes, Libia producía 1.6 millones de barriles de petróleo diarios. Una industria millonaria apetecida por muchos pero repartida entre muy pocos. El ex coronel y su familia se quedaban con una buena parte de sus beneficios y firmaban los jugosos contratos con empresas de países permisivos con el régimen de Gadafi.
La principal tajada del negocio fue obsequiada a los italianos de la petrolera ENI (presentes desde 1959). Franceses, chinos, brasileños y británicos entre otros, se repartían la cambiante generosidad del líder libio en cuanto a contratos de explotación de petróleo y gas libio.
Pero hoy, sin Gadafi en el poder, dichos contratos podrían cambiar para responder a una nueva política del Consejo Nacional de Transición. Una decisión que tiene que tomarse muy rápido ya que de los ingresos de las exportaciones petroleras depende el éxito del levantamiento popular contra el dictador.
Según la consultora Raymond James, en nueve meses Libia podría volver a restablecer su cadena de producción. Ahora en manos de los rebeldes, la empresa nacional Agoco tiene que definir su estrategia de venta y exploración. Nuevos negocios que podrían firmarse solamente con empresas de aquellos gobiernos que los apoyaron contra Gadafi.
En muy mala posición se encontraría Brasil. Las compañías afectadas serían Petrobras al igual que las constructoras Odebrecht (aeropuerto Trípoli) Andrade Gutiérrez (carreteras) y Queiroz Galvao.
Los rebeldes no han ocultado su profundo descontento con las cancillerías de Brasil, China y Rusia que emitieron dudas acerca del legítimo derecho del pueblo libio a deshacerse del dictador.
Pese a que desde Brasilia insisten en que son amigos del pueblo libio, hasta el momento no han recibido la invitación de Francia para la conferencia sobre la reconstrucción que debe llevarse a cabo en Paris bajo el liderazgo de Nicolas Sarkozy.
Por el contrario, el Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Antonio Patriota, tiene reparos acerca de la utilidad de dicha reunión recordando que “nuestra posición es que ningún grupo puede atribuirse prerrogativas de adoptar decisiones que solo el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas puede adoptar.”
Mensaje que ha retomado su homólogo chino, Yang Jiechi, el cual piensa que lo primordial es que “la paz y la estabilidad deben restaurarse lo antes posible para así iniciar un proceso político libre.” Palabras sorprendentes viniendo de los chinos quienes añaden que esperan que “Brasil sea el principal aliado de China para la reconstrucción de Libia.”
Por el momento, los únicos que han ganado son los italianos de la petrolera ENI. Enviaron a su presidente, Paolo Scaroni, a Libia a firmar el primer contrato con el Consejo Nacional de Transición.
Hasta último minuto, Dilma Rousseff expresó su desacuerdo con la “intervención externa” en la guerra civil libia. Nada sorprendente en los principios que rigen a Itamarati pero no del agrado de los rebeldes. Hoy desde Bengazi parecen recordarle al mundo que “primer llegado primer servido” así que Brasil podría perder su momento en la nueva Libia.

lunes, 29 de agosto de 2011

Narcoterrorismo México

26/08/2011
María Camila Morales
“Dominación por el terror” así define el diccionario de la Real Academia Española la palabra terrorismo. Y si con esa explicación no es suficiente reconocer que México sufre narcoterrorismo, existe un segundo significado más convincente: “sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”.
La masacre del casino Royale de Monterrey dejó un saldo superior a 50 muertos y, como mostraron los videos de vigilancia, fue ejecutada sin escrúpulos. Muertes que se suman a las 40 mil que, según la prensa local, ha dejado la violencia del narcotráfico en el país desde hace cinco años.
Narcoterrorismo es la realidad que enfrenta la sociedad mexicana y que se había demorado en admitir su gobierno. Hasta el año pasado, señala el diario Avanzada, el presidente Felipe Calderón no se pronunciaba sobre el tema. Seguramente había visto los informes del Departamento de Estado en los que se podía leer: “en México no hay evidencias de lazos entre crimen organizado y grupos terroristas internacionales o nacionales.” La violencia del narcotráfico no buscaría entonces la desestabilización política del Estado.
Tal vez no haya ideología detrás de los asesinatos, bombas y secuestros como esperaban los estadounidenses, pero existe la voluntad de aterrorizar y matar con premeditación. Como señala Mauricio Meschoulam en el diario El Universal, terrorismo es el simple uso de la violencia como herramienta para propagar el miedo colectivo. Se trata entonces de la utilización de tácticas terroristas al servicio de los carteles de la droga.
Una mezcla que no puede generar sino barbarie. La historia de Colombia es un ejemplo. Los sangrientos años noventa fueron aquellos de las vendettas entre los carteles de la droga (Cali-Medellín), los asesinatos de políticos y periodistas y los atentados contra la sociedad civil (explosión avión de Avianca).
Una época donde reinaba “una sensación de impotencia generalizada” como ahora lo están experimentando los mexicanos.
Los dos mandatos del presidente Alvaro Uribe para un gran número de colombianos fueron los años de la mano dura y de la seguridad ciudadana que habrían devuelto al Estado su legitimidad, su capacidad de reacción y de combate.
Los frentes fueron varios para fortalecer a Colombia. La lucha contra la impunidad, la purga de la Policía y las fuerzas militares y el respaldo al poder judicial. La ayuda norteamericana tampoco puede ser negada como parte de la estrategia para salvar la estabilidad nacional. Sin duda no fue ni es una fórmula mágica para vencer al narcoterrorismo, pero su capacidad nociva fue disminuida.
Pensar que el narcotráfico es un fenómeno aislado que no afecta a toda la sociedad mexicana es un error. Como lo fue en Colombia. La permisibilidad es sin duda el mejor aliado del crimen organizado, el cual no duda en tomar a la sociedad civil como blanco de sus ataques a la hora de las venganzas.
Un país atemorizado y un gobierno debilitado son terreno propicio para el fortalecimiento del narcotráfico en México. Para el presidente Felipe Calderón deben ser elementos suficientes para cambiar su estrategia, agilizar las reformas y asumir responsabilidades.

Narcoterrorismo México


26/08/2011
María Camila Morales
“Dominación por el terror” así define el diccionario de la Real Academia Española la palabra terrorismo. Y si con esa explicación no es suficiente reconocer que México sufre narcoterrorismo, existe un segundo significado más convincente: “sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”.
La masacre del casino Royale de Monterrey dejó un saldo superior a 50 muertos y, como mostraron los videos de vigilancia, fue ejecutada sin escrúpulos. Muertes que se suman a las 40 mil que, según la prensa local, ha dejado la violencia del narcotráfico en el país desde hace cinco años.
Narcoterrorismo es la realidad que enfrenta la sociedad mexicana y que se había demorado en admitir su gobierno. Hasta el año pasado, señala el diario Avanzada, el presidente Felipe Calderón no se pronunciaba sobre el tema. Seguramente había visto los informes del Departamento de Estado en los que se podía leer: “en México no hay evidencias de lazos entre crimen organizado y grupos terroristas internacionales o nacionales.” La violencia del narcotráfico no buscaría entonces la desestabilización política del Estado.
Tal vez no haya ideología detrás de los asesinatos, bombas y secuestros como esperaban los estadounidenses, pero existe la voluntad de aterrorizar y matar con premeditación. Como señala Mauricio Meschoulam en el diario El Universal, terrorismo es el simple uso de la violencia como herramienta para propagar el miedo colectivo. Se trata entonces de la utilización de tácticas terroristas al servicio de los carteles de la droga.
Una mezcla que no puede generar sino barbarie. La historia de Colombia es un ejemplo. Los sangrientos años noventa fueron aquellos de las vendettas entre los carteles de la droga (Cali-Medellín), los asesinatos de políticos y periodistas y los atentados contra la sociedad civil (explosión avión de Avianca).
Una época donde reinaba “una sensación de impotencia generalizada” como ahora lo están experimentando los mexicanos.
Los dos mandatos del presidente Alvaro Uribe para un gran número de colombianos fueron los años de la mano dura y de la seguridad ciudadana que habrían devuelto al Estado su legitimidad, su capacidad de reacción y de combate.
Los frentes fueron variados para fortalecer a Colombia. La lucha contra la impunidad, la purga de la Policía y las fuerzas militares y el respaldo al poder judicial. La ayuda norteamericana tampoco puede ser negada como parte de la estrategia para salvar la estabilidad nacional. Sin duda no fue ni es una fórmula mágica para vencer al narcoterrorismo, pero su capacidad nociva fue disminuida.
Pensar que el narcotráfico es un fenómeno aislado que no afecta a toda la sociedad mexicana es un error. Como lo fue en Colombia. La permisibilidad es sin duda el mejor aliado del crimen organizado, el cual no duda en tomar a la sociedad civil como blanco de sus ataques a la hora de las venganzas.
Un país atemorizado y un gobierno debilitado son terreno propicio para el fortalecimiento del narcotráfico en México. Para el presidente Felipe Calderón deben ser elementos suficientes para cambiar su estrategia, agilizar las reformas y asumir responsabilidades.

viernes, 26 de agosto de 2011

La justicia universal sí es para todos


25/08/2011
María Camila Morales
Como una mala broma pueden interpretarse las explicaciones de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador para no detener a los nueve militares implicados en el asesinato en 1989 de los jesuitas españoles.
No serán ni arrestados ni extraditados como lo solicita el juez Eloy Velasco para ser juzgados en España según el principio de “justicia universal”. La supuesta razón: la circular roja de Interpol no sería suficiente, pues se trata de un documento de localización y no de arresto.
Según el editorial del diario salvadoreño, La Prensa Gráfica, por fin se empieza a despejar jurídicamente el caso de los militares. Un alivio que suena más a una denuncia de injerencia de la justicia española en la soberanía judicial de El Salvador.
Sin embargo, hace tres meses la misma corte se pronunció a favor de la aplicación de una circular roja de Interpol. En el caso de una fallida captura de dos ex militares guatemaltecos, dictaminó que la notificación roja debía ser “considerada una orden de detención preventiva e inmediata y una vez ejecutada podían ser presentados ante cualquier juez de la República.”
Falta de memoria que justamente el principio de “justicia universal” ayuda a remediar. Los crímenes de “lesa humanidad” como el asesinato de los sacerdotes españoles no pueden ser borrados por las leyes de amnistía ni por la prescripción. Los familiares de las víctimas así como la sociedad salvadoreña necesitan explicaciones y un proceso justo para poder avanzar.
La competencia de tribunales extranjeros o internacionales en asuntos penales internos no convence a todos. En particular a aquellos que participaron de cerca o de lejos en las épocas oscuras y sangrientas que la justicia internacional quiere juzgar.
En El Salvador, las voces que han defendido “la claridad” de la Corte Suprema de Justicia señalan que una amnistía ya fue dictada y que el pasado no se revive.
Fórmulas que tienden a funcionar cuando se trata de firmar la paz, detener la violencia y empezar a construir un nuevo país. Pero en El Salvador como en otros países centroamericanos que sufrieron guerras, la reconciliación está solamente en el papel. Las 75 mil personas que murieron, los 7 mil desaparecidos y los cientos de miles de heridos, huérfanos y lisiados merecen algo más, señala la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador.
El rechazo por la justicia salvadoreña de la solicitud española a través de Interpol ha demostrado la reticencia del país a asumir sus responsabilidades. Tal vez, teme que se abra una Caja de Pandora que no le interesa manejar ni al poder ni a la oposición.
Desde el 2009, el entonces presidente Antonio Saca había dicho que dichas causas “no contribuyen al desarrollo democrático de nuestro país.” Por el momento en Madrid seguirán esperando a los militares salvadoreños.