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lunes, 2 de diciembre de 2013

¿Está América Latina preparada para el Bitcoin?


02/12/2013
  
María Camila Morales

El Bitcoin o moneda virtual ya está en América Latina y pocos son los gobiernos a los cuales les interesa entenderlo. Desconocimiento o negación, ninguna de las dos explicaciones es válida ya que podría ser para algunos latinoamericanos una forma de salvación frente a estrictos controles cambiarios y/o una alternativa para ganarle a la inflación.

En el 2009, el Bitcoin fue creado por Satoshi Nakamoto. Al parecer un genio matemático japonés pero según investigaciones de la revista The New Yorker, se trataría posiblemente de un pseudónimo. Detrás del Bitcoin se escondería un juego de criptografía y de especulación potenciado gracias a la tecnología: dígitos sin monedas destaca en su artículo Joshua Davis; la creación de una divisa internacional sin ningún soporte real ni legal, lejos de todo control institucional.

Su valor se obtiene simplemente por oferta y demanda sin  intervención gubernamental o de algún Banco Central. El Bitcoin vive en un mundo aparte que gestiona un programa (software) que va “soltando” en la red cantidades de “dinero virtual” de  acuerdo a un cálculo preciso.

Su circulación ya no se limita a una pequeña comunidad de sabios internautas. Los lucrativos resultados frente al dólar están contagiando con sed de “bitcomercio” a simples usuarios y sobre todo a jóvenes. El 1 de enero del 2013, un bitcoin se cambiaba por 12 dólares pero en noviembre alcanzó 1.000 dólares en la bolsa virtual de Tokio (Mt.Gox).

El número de transacciones diarias ya supera las 70.000. Aunque en Estados Unidos, se registran solamente 2% de las mismas, la cifra ahora es lo suficientemente importante como para preocupar a los senadores.

Una reacción lenta en Washington en cuanto a los peligros de este nuevo invento de la red: ¿moneda (currency) o sistema de intercambio privado? Los expertos no se ponen de acuerdo.  

Lo que si saben es que el Bitcoin no necesita bancos y no reporta las transferencias a ninguna autoridad financiera. La compra y venta es anónima (existen códigos para el paso de persona a persona pero se desconocen los nombres), no tiene comisiones y se puede tener acceso gracias a una conexión Internet (computador o smartphone), no tiene límite de monto y es rápida.

Un panorama propicio para el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, advierte el FBI. Sin olvidar evasión fiscal. Un bajo mundo que llegó a su máximo apogeo con el portal Silk Road. Allí se podía pagar por droga, armas y hasta falsos pasaportes con Bitcoins.

En América Latina, los argentinos (que prefieren el portal Bitpagos.net) son los usuarios más avanzados en las transacciones con moneda digital. Algunos explican que se protegen así contra las devaluaciones y el control cambiario. El portal Turismo Supremo en Venezuela ofrece viajar al exterior sin pasar por el Cadivi (autoridad de control cambiario) mientras que en Brasil los foros acerca del “bitshopping” interesan más que las rebajas en los almacenes.

Pero fuera de ser una alternativa tecno-libertaria es también una herramienta mejor adaptada para el e-comercio internacional. Un campo donde todo está por hacer en América Latina. No solamente para obtener ganancias sino para crear empleos y desarrollar infraestructura tecnológica.

El Bitcoin más que una máquina de hacer dinero, como titulaba el diario La Nación  es una filosofía: menos intervenciones del Estado producen más riqueza y felicidad. No es una actitud nueva en la historia de la economía pero esta vez tiene - gracias a la tecnología - proporciones mundiales.

Puede que se trate de un fenómeno de moda como casi todo en Internet.¿El Bitcoin será lamentablemente una gran burbuja especulativa o la divisa del futuro?. El 2014 nos traerá las respuestas.