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lunes, 3 de octubre de 2011

Las grietas en el blindaje de la economía argentina


03/10/2011

María Camila Morales

Sin duda Cristina Kirchner “se apuró” al declarar que blindaría a Argentina contra la crisis económica mundial, como destacó el diario La Nueva Provincia. Su jefe de gabinete Aníbal Fernández intentó rectificar el discurso del gobierno aclarando que el país no era una isla y que sufriría el coletazo de la tormenta financiera.

Y la onda de choque empezó a llegar por donde más daño puede hacerle a la economía argentina. El precio de la soja cerró la semana pasada a su nivel más bajo de los últimos diez meses: 449,57 dólares la tonelada en la Bolsa de Chicago. Y según el canal de televisión TN si continúa la caída, Argentina dejaría de percibir 2.500 millones de dólares en recaudación fiscal. La soja es un motor fundamental que le permitió en el 2010 al país un envidiable crecimiento del 8%. Como recuerda el periodista Alcaldio Oña: “la soja es el pilar que sostiene el superávit comercial ”.

En agosto, la sección económica del diario Clarín entrevistaba a Rogelio Frigerio, director de Economía & Regiones quien insistía en que Argentina debía estar muy pendiente de “Brasil y la soja” para poder predecir el futuro económico. Y analizaba: “si baja la soja y Brasil devalúa impacta más y en forma más inmediata”.

Ese indeseado escenario parece estar realizándose. La moneda del vecino país es una divisa clave par la balanza comercial. El real ha sido “reajustado” por el gobierno de Dilma Rousseff para evitar el calentamiento de la economía brasileña. Una devaluación controlada (13.44% contra el dólar en lo que va del año) que esperan les permita exportar más y seguir el crecimiento.

Dos grandes grietas en el supuesto blindaje argentino que se suman a la ya complicada situación que atraviesa la economía nacional.

La fuga de capitales es otro tema preocupante. El Instituto sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IREAL) calcula que 14.000 millones de dólares han salido del país en los primeros ocho meses del año. Además el ritmo parece no disminuir, ahondando el hueco en las reservas del Banco Central. Una muestra de la desconfianza que reina acerca del proyecto económico de la candidata/presidente Cristina Fernández de Kirchner.

La inflación se debe sumar a los dolores de cabeza del gobierno en la Casa Rosada. Pese a que los números oficiales y los de las consultoras privadas no coinciden, no dejan de ser cifras de dos dígitos. Para los más optimistas la inflación es cercana al 11% y para los más pesimistas supera el 20%.

Por último, la nueva actitud de Washington hacia Argentina aumenta la incertidumbre. El gobierno de Barack Obama se opondrá a todo nuevo préstamo internacional que solicite. Se trata de una decisión diplomática más que económica para recordarle a la presidenta que los compromisos internacionales se deben cumplir. Una presión para que acate los laudos del Ciadi (Centro Internacional de Arreglos de Diferencias en materia de Inversión del Banco Mundial) y de los tribunales estadounidenses. El subsecretario de Comercio Internacional de Estados Unidos, Francisco Sánchez espera que el mensaje sea escuchado también por los acreedores externos en particular por el Club de París.

La cadena de televisión Al-Jazeera hablaba de un “tsunami financiero” en el mundo después de la polémica generada por la crisis del techo de la deuda estadounidense y la pérdida de la calificación crediticia triple A norteamericana; ¿cómo podrá Argentina enfrentar las temidas olas que ya empiezan a llegar? La “ultrasojización” de la economía ya no es el camino a seguir.

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