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jueves, 13 de octubre de 2011

Los nuevos desafíos de Colombia y el TLC con Estados Unidos


13/10/2011
María Camila Morales
 Lo que no logró el presidente Alvaro Uribe en sus dos mandatos, lo obtuvo Juan Manuel Santos arrancando su segundo año de gobierno. Finalmente el Congreso de Estados Unidos votó a favor del Tratado de Libre Comercio con Colombia.
Desde Cartagena el mandatario colombiano no ocultaba su emoción con la noticia: “es un día histórico para los empresarios y trabajadores colombianos”, fueron sus palabras.
Es la satisfacción del deber finalmente cumplido para la diplomacia colombiana en Washington pero el camino de espinas del TLC no ha terminado.
Durante el tiempo que quedó congelada la ratificación en la capital estadounidense (2008) Colombia no se preparó debidamente para la puesta en marcha del TLC. Según la revista Semana, la famosa Agenda Interna del gobierno Uribe, que había identificado los sectores y regiones prioritarios para invertir y sacarle provecho a las “nuevas exportaciones”, quedó también en el olvido.
En cuanto a la infraestructura que se necesita en el país para poder exportar a un mercado de 300 millones de consumidores, Colombia no pasa el examen. Para el Banco Interamericano de Desarrollo, el “rezago es significativo” comparado con el resto de la región. Hay que tener carreteras, puentes, vías, puertos, aeropuertos modernos y en la actualidad no los hay. Juan Manuel Santos en su campaña electoral lo había dicho: “voy a fortalecer en mi mandato la competitividad del país completando 2.000 kilómetros de doble calzadas para llevar nuestros productos a los puertos.” Y prometió “el salto de la integración logística” que le falta a Colombia para su desarrollo.
Sin duda las inversiones públicas y privadas empezarán a llegar con la noticia pero lo que faltará irremediablemente es el tiempo. Según previsiones, en un año debería estar funcionando el TLC. Y se necesitan más años y menos invierno (el año pasado 28 de los 32 departamentos colombianos sufrieron inundaciones) para realizar las obras viales correctamente. De lo contrario, se corre el riesgo de seguir con la construcción de parches para salir de los problemas de infraestructura.
Lo ha advertido el presidente de la compañía aérea Avianca, Fabio Villegas. En una reciente entrevista declaró que la renovación del aeropuerto El Dorado de Bogotá, en la que tanto dinero y tiempo se ha gastado, no corresponde a una capital sino a instalaciones de una ciudad intermedia.
Una preparación que falta y que se atrevió a mencionar el Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, pero que a las pocas horas tuvo que “aclarar”. En una entrevista a CARACOL explicó que el sector agrícola no está listo. Decía incluso que para algunos subsectores como la producción de arroz, leche o fríjoles el TLC será una “ducha fría” que toca reorientar y garantizar para que no se convierta en “neumonía”. Se refería a la competencia que traerán las importaciones estadounidenses a Colombia.
Porque los productos colombianos llegarán a territorio estadounidense pero el mercado del país andino también recibirá las exportaciones norteamericanas. Si los empresarios colombianos festejaron el anuncio procedente de Washington, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Tarcisio Mora, comentó acerca de la pérdida de empleos que causará para los colombianos el TLC.
La diversificación de las exportaciones es otro desafío para el gobierno de Juan Manuel Santos. Las flores, el café, el banano, las hortalizas, la manufactura tienen que encontrar rápidamente otros productos que los acompañen sin barreras a Estados Unidos. Sobre todo aquellos que tienen mayor valor agregado e implican a la industria, tecnología e innovación colombiana.
De la implementación acertada del TLC depende el éxito económico que tanto le auguran a Colombia: 6% de aumento de las exportaciones, un punto más en el crecimiento nacional y 250 mil nuevos empleos.
Aunque la labor es ardua por no decir de titanes, es posible para el gobierno de Juan Manuel Santos. La aprobación del TLC significa un cambio importante como bien mencionó el  líder colombiano: “Llegó una nueva hora en las relaciones con Estados Unidos". Ojalá así sea.

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