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jueves, 21 de julio de 2011

Las armas norteamericanas que matan en Latinoamérica


20/07/2011
María Camila Morales
“Rápido y Furioso” debía ser el exitoso operativo del gobierno estadounidense para luchar contra los carteles de la droga en México. Un plan puesto en marcha en el 2009 por la Oficina de Armas, Tabaco, Alcohol y Explosivos (ATF). La idea en teoría era permitir la venta de armas en Estados Unidos a los correos que abastecían a los capos mexicanos y así poder identificar a los traficantes ilegales y su red en el vecino país. Durante 15 meses entraron casi 2 mil armas reveló en su investigación el diario The Washington Post. Pero a la hora de rastrearlas los estadounidenses les perdieron la pista y el objetivo falló.
Peor aún, los responsables no avisaron del desastre y los carteles de la droga en México y sus bandas criminales se volvieron más peligrosas que antes. Ahora cuentan con cientos de semiautomáticas y fusiles AK-47 que Estados Unidos dejó pasar por su frontera. Hubo que esperar a que un patrullero fronterizo Brian Terry y un agente de inmigración norteamericano, Jaime Zapata fueran asesinados para que el problema se denunciara ante la opinión pública. Las armas utilizadas hacían parte de “Rápido y Furioso”.
Además el periódico The Examiner publicó el nombre de otro operativo “Naúfrago” cuyas armas ahora están en manos de las pandillas centroamericanas (Salvatrucha) y de la Oficina de Envigado en Colombia, cuyos integrantes son nada menos que los sicarios que dejó Pablo Escobar.
La hora de las explicaciones ha llegado en Washington y la cadena de responsabilidades podría llegar hasta la Casa Blanca. El senador Charles Grassley y el representante Darrell Issa exigen al Departamento de Justicia que permita el acceso a los documentos de las investigaciones para esclarecer las responsabilidades políticas y judiciales, pero éste se niega. Por su parte, el director de la ATF, Kenneth Melson dice que otras agencias como la DEA y el FBI están involucradas (y serían las culpables del fracaso) pero no quieren aceptarlo.
Mientras tanto los diarios norteamericanos recuerdan el proyecto "Gunnruner" (estrategia para detener el contrabando de armas Estados Unidos-México) que heredó Obama de la administración Bush y del cual se desprenderían: “Rápido y Furioso” y “Naúfrago”.
Armar de forma ilegal a la región trae recuerdos poco gloriosos para la historia norteamericana y sus ciudadanos. A pesar de que Obama insiste en que no estaba enterado, éste puede ser el comienzo de un grave escándalo político que afectaría su mandato. Debemos destacar que en esta ocasión fueron además asesinados dos estadounidenses con armas no decomisadas por la ATF en la frontera.
Si en Washington la tensión es alta y se buscan culpables, en Latinoamérica (donde las armas circulan) hasta ahora el gobierno mexicano ha sido el único capaz de pedir explicaciones y acceso a las informaciones de este gran fracaso.

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