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miércoles, 28 de septiembre de 2011

Violencia privada en México


28/09/2011

María Camila Morales

Era cuestión de semanas para ver en México una reacción violenta a la inseguridad reinante. “Los Mata Zetas”, un grupo paramilitar, colgó en la red un video en el que asume la autoría del asesinato de 35 personas cuyos cuerpos aparecieron hace seis días en Veracruz.

Según su comunicado, son el brazo armado del “pueblo para el pueblo” que protegerá a sus compatriotas de la violencia y “no se detendrán hasta terminar” con el Cartel de Los Zetas. De acuerdo a sus enmascarados integrantes, solamente en igualdad de condiciones podrán erradicar a los narcotraficantes. “Los Mata Zetas” también denunciaron a los corruptos locales y federales que han colaborado con los criminales durante tantos años. Una limpieza que dejará aún más sangre y dolor en México.

Imposible no pensar en la historia colombiana y en los ejércitos privados que se formaron en los años ochenta para ajusticiar a los secuestradores. Los mafiosos de Antioquia se reunieron para crear un fondo común que financió al grupo “Muerte a los Secuestradores (MAS)” y liberara a Martha Nieves Ochoa, una de las hijas de los patriarcas del narcotráfico colombiano raptada por el M-19.

Pero los justicieros privados no se limitaron a ejecutar a aquellos que atentaban contra sus patrones (en particular los grupos insurgentes). Crearon con la  complicidad del Estado colombiano las CONVIVIR, cooperativas rurales de vigilancia y seguridad aumentando su clientela a ganaderos y hacendados.

Una solución a corto plazo que se justificó como: “mi derecho a pagar por mi protección porque las autoridades son incapaces de brindarme seguridad”.

Los terratenientes pasaron de tener “guardaespaldas” a manejar  ejércitos de paramilitares que se volvieron igual de peligrosos a los guerrilleros que ellos combatían. Hombres que terminaron trabajando  para los mejores postores con entrenamiento de expertos extranjeros. Paramilitares como los de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que se infiltraron en la política nacional y pusieron en jaque en varias ocasiones al gobierno de Alvaro Uribe.

“Los Mata Zetas” piensan que cada mexicano tiene su lucha olvidando que en las democracias las luchas son del Estado. Pero  el gobierno de Felipe Calderón tiene que convencer a sus compatriotas de la necesidad de apoyar y fortalecer a ese Estado. Y su prioridad debe ser una purga de la Policía y del Ejército. La complicidad de ciertos funcionarios locales y la indiferencia (poder Judicial y Legislativo) tampoco lo ayudan a combatir la criminalidad y son la mejor excusa para la proliferación de justicieros clandestinos.

Los cinco cabezas humanas descubiertas frente a la escuela Benito Juárez en Acapulco (27 de septiembre), no son una lección de moral de los nuevos agentes de seguridad mexicanos sino una muestra de barbarie. La Ley del Talión y armar a la población son la antesala de masacres. Colombia las vivió y aún le cuesta reconocer a sus víctimas.

“Los Mata Zetas” se atribuyen además una labor casi divina para solucionar el problema de la violencia en México. Incluso explican que “están escudados en el respeto a Dios”. Para los verdaderos creyentes la decisión sobre la vida y la muerte le pertenecería únicamente al Creador y los 35 cuerpos encontrados en Veracruz seguramente no entran dentro de la fe católica. Pero  ¿quiénes están detrás de las máscaras?Lo más probable es que las acciones de "Los Mata Zetas" sean más venganzas entre los carteles de Jalisco-Nueva Generación, Sinaloa y del Golfo.



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