10/01/2012
María Camila Morales
Una de las ventajas que tienen las
Constituciones hechas a la medida de los dictadores es que son de libre
interpretación y adaptación a los deseos de quienes las escribieron. Bien dice
en su tuit, la periodista venezolana Macky Arenas: “no es nuevo que se esté
violando la Constitución, es que nos acostumbramos como a los muertos del fin
de semana.”
Chávez no asistirá físicamente a su
posesión como lo requiere el artículo 231 de la Constitución. Pero no hay
ninguna sorpresa tomando en cuenta las declaraciones oficiales respecto a su
salud.
El presidente ha sido operado en
Cuba por cuarta vez de un cáncer en alguna parte de su cuerpo y ha sufrido una
severa infección pulmonar que ha derivado en una insuficiencia respiratoria. Si
esta versión censurada de por sí es alarmante en cuanto a las capacidades de un
paciente para retomar su vida normal, es ilógico pensar que los venezolanos lo
verían en Caracas a comienzos del 2013.
Su juramentación virtual es perfectamente
constitucional, según la opinión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Pero
el informe de Human Rights Foundation publicado en Nueva York en septiembre
pasado concluyó que: “el poder judicial en Venezuela fue sistemáticamente copado
por jueces partidarios del poder Ejecutivo desde 1999.” Hugo Chávez en
Venezuela es como la Santísima Trinidad: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
En el 2009, el referéndum para la
reelección indefinida de Chávez había dejado claro que la República Bolivariana
no iba a estar limitada por el Estado de Derecho. El espectáculo de una
aclamación al enfermo presidente el 10E en lugar de la toma de posesión
prevista por la Constitución, es simplemente un episodio más de la revolución
chavista. Un modo particular de gobierno que triunfa desde hace 14 años en
Venezuela.
Sin embargo lo que más preocupa de esta
situación es la lentitud de reacción de la oposición. ¿Qué pasó con el
candidato Henrique Capriles y la Mesa de la Unidad Democrática? Estaban listos
para asumir el poder hace tres meses pero ahora actúan de forma aislada y
espontánea sin saber lo que quieren. Una vez más, como dice Alejandro Rendón en
su tuit: “cada cual por su lado, ¡carajo! ¿por qué no nos unimos?”.
La única voz que desde comienzos de
diciembre denuncia la falta de transparencia en Caracas es la de la Iglesia
Católica. Y no necesariamente por considerar que las mentiras son pecado, sino
porque la Constitución debe ser garante de la tranquilidad social de la nación.
Un país gobernado a distancia por un
mandatario que “batalla por su vida” no es sino ejemplo de fanatismo e
irresponsabilidad. La realidad necesita acciones inmediatas.
Por ejemplo: ¿qué va a pasar con la
Siderúrgica del Orinoco (Sidor) y sus trabajadores? La empresa de acero cuya
nacionalización le costó 1.8 mil millones de dólares a Chávez, está a punto de
un cierre técnico porque “la producción de acero líquido al finalizar el 2012
alcanzó el nivel más bajo de las tres últimas décadas”. ¿Será que ya le
contaron al Comandante en Cuba?
Otro tema prioritario que desde La
Habana no se puede solucionar es el déficit fiscal: casi 20% del PIB. Una
devaluación es necesaria pero semejante medida que generaría aún más inflación
(19%) no se puede lograr sin la presencia de Chávez para calmar los ánimos del
pueblo.
Pero pese a las evidencias y a la
urgencia de toma de decisiones, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea
Nacional, insiste en que no hay vacío de poder.
Y tal vez no se equivoca. Lo que
existe en Venezuela es un exceso de ambición de poder. Llegar a Miraflores es
lo que aspiran varios de los subalternos de Chávez.
El vicepresidente Nicolás Maduro,
Diosdado Cabello, Rafael Ramírez, Adán Chávez y Elías Jaua quienes al
desaparecer el padre ideológico tendrán la tarea de mantener la doctrina
militar bolivariana y no dejar morir al chavismo. El problema es que ninguno de
ellos puede lograrlo sin traicionar al otro.
Pero más grave aún, hasta ahora
nadie sabe cuál de ellos es el escogido por las Fuerzas Armadas y las Milicias
Bolivarianas para continuar la revolución.
Mientras los herederos resuelven sus
problemas internos, Unasur y Mercosur aplauden el circo constitucional de
Caracas .
Paraguay es el único país que ha
denunciado la violación del orden democrático. Tal vez porque justamente
Venezuela intervino y lideró una campaña diplomática acusando la destitución
(juicio político) de Fernando Lugo como un proceso inconstitucional.
Pese a que el Congreso paraguayo
también dijo haber interpretado y cumplido con el marco legal, Chávez estimó lo
contrario. Hoy en día el gobierno de Federico Franco está aislado del Mercosur
y Unasur. Incluso Chile le pidió a
Paraguay no asistir el próximo 26 de enero a la Cumbre de la CELAC y la Unión
Europea.
Si los sabios constitucionales de
Venezuela aseguran que hay continuidad legal y la calle no lo duda, no hay
mucho más que decir ni que esperar.
Pero que Mercosur, Unasur, la CELAC
e incluso la OEA se presten a las farsas constitucionales venezolanas es una
aberración.
De izquierda o de derecha los
gobiernos en América Latina al firmar las cláusulas democráticas de los bloques
regionales tienen que ser consecuentes porque los golpes de Estado también
podrían justificarse en el futuro con la misma “flexibilidad dinámica” como la Constitución
de Venezuela.
La continuidad legal inventada por las autoridades venezolanas para salir del entuerto de la posesión de Chavez el dia de ayer, solo se puede comparar con los seis dias que mantuvieron escondido el cadaver del Dictador Juan Vicente Gomez, cuando murio el siglo pasado, y el pueblo venezolano se aguanto este procedimiento. Como este caso es similar al anterior, creo que la OEA la ONU, EEUU y los pocos paises democratas que quedan en Latinoamerica, deben tomar una posición seria o de lo contrario, nuestras instituciones quedaran rezagadas al infinito, y la categoria de Bananas Republic, que nos da el mundo en general se mantendra por mucho tiempo..
ResponderEliminarPAGINA12: "Despide gobierno a su embajador en la OEA
ResponderEliminarEl embajador Cochez había criticado al titular de la OEA, Insulza, por haber aceptado la postergación de la jura de Hugo Chávez en Venezuela. Su gobierno lo despidió y aclaró que respetaba el proceso interno venezolano."