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viernes, 16 de marzo de 2012

La VI Cumbre de las Américas frente a las drogas


17/03/2011
  
María Camila Morales

Colombia se prepara para la reunión más importante del continente en el 2012. Fuera de las amenazas de boicot de los países del ALBA si no invitan a Cuba y si el presidente Rafael Correa termina o no viajando a Cartagena, los ojos de la región están puestos en la VI Cumbre de las Américas por otra razón: el debate sobre la legalización de las drogas.

Puede que asistan más de 30 jefes de Estado y de Gobierno, que la sociedad civil esté representada en un número récord, que los empresarios vayan con las mejores intenciones, que las minorías de la región tengan por fin un espacio, pero la posibilidad de discutir con Estados Unidos el tema tabú de la despenalización de las drogas es la oportunidad de oro de la Cumbre.  

Y además la reunión ocurrirá en un momento propicio cuando el debate de la legalización del consumo y producción de drogas se plantea de forma abierta. Ya no solamente por parte de economistas y de intelectuales sino por los mismos líderes elegidos por sus compatriotas.

En la sede del Inter-American Dialogue en Washington, responsables colombianos y de la Organización de Estados Americanos (OEA) presentaron a los periodistas y al cuerpo diplomático acreditado en la capital estadounidense, los objetivos de la Cumbre. Una asistencia nutrida que reflejaba las inquietudes que tiene la región respecto al gran evento y a la implementación de sus resultados.

Jaime Girón, coordinador de la Cumbre por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, puso todo su empeño en presentar los puntos fundamentales que serán tratados y que concluirán con la firma de una declaración de metas y objetivos para las Américas. Con el lema “Conectando las Américas: Socios para la Prosperidad” Colombia está preparada para ser el país anfitrión.

Sin embargo, ni la integración continental, ni el aumento de los intercambios intrarregionales, ni la infraestructura para el desarrollo, ni el dinamismo económico, ni el capital humano lograron generar el interés de los presentes. El tema que todos querían saber y profundizar era la descriminalización de la droga. ¿Cómo evitar que sigan muriendo miles de personas en América Latina por los efectos colaterales del negocio más rentable del mundo?

El presidente Juan Manuel Santos dijo que está dispuesto a plantear con sus pares la metodología para hablar y encontrar otras soluciones al narcotráfico.

El mandatario de Guatemala, Otto Pérez Molina, ha sido el primero en buscar apoyo mediante una gira en los países vecinos para que sea un tema central de la agenda y no de pasillos en Cartagena.

Los organizadores no son ajenos a la presión sobre todo de los países centroamericanos de llevar la causa a la mesa de negociaciones. Sin embargo, responden con diplomacia, que hay disponibilidad para que se examine en “apartados”, en sesiones no públicas entre los líderes de la zona. Claro, si ellos así lo quieren.

Para nadie es un misterio que abordar el narcotráfico fuera del ángulo de la lucha con mano dura no es del agrado de los funcionarios estadounidenses.

Por eso el centro de atención durante la presentación fue John Feely, coordinador de la Cumbre por parte del Departamento de Estado. Con poco tiempo en el cargo después de llegar de México, muy amablemente remitió a los periodistas al mensaje de Joe Biden respecto a la posición de Estados Unidos. “Vale la pena discutir, pero no hay posibilidad que la administración Obama/Biden cambie su política sobre la legalización”, declaró el vicepresidente en México.

Pero Feely saliéndose del libreto, lo cual no es común entre los funcionarios norteamericanos, aclaró la visión de su país.

En Estados Unidos la prohibición no es negociable. Sin embargo, están “abiertos” al diálogo, a oír otras posibilidades para la lucha-antidroga porque reconocen que el debate es legítimo y quieren participar.

La libertad de cada país latinoamericano para analizar soluciones o alternativas no es contraria a los principios que manejan. Incluso dio el ejemplo de Portugal y su legalización del cannabis. Pero de todas formas no significaría que lo permitieran en nuestro continente.

Sherry Tross, Secretaria Ejecutiva de la Cumbre de las Américas dijo que “los gobiernos saben que deben oír a sus ciudadanos, deben escuchar lo que pasa en la calle” ya que es el motor que produce los cambios.

Si los líderes latinoamericanos han escuchado a sus pueblos, no podrán regresar de Cartagena con otra foto más de turismo internacional. La Cumbre puede servir como anhela Harriett Babbitt ex embajadora de Estados Unidos ante la OEA, para encontrar un “lugar en el medio” que responda a las inquietudes de la región pero que evita la polarización de un debate a favor o en contra de la legalización de las drogas.




4 comentarios:

  1. "La participación de los países de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA) en la Cumbre de las Américas de abril próximo sigue "en un proceso de consulta", aseveró hoy el canciller venezolano, Nicolás Maduro, a propósito de la exclusión de Cuba de la cita en Cartagena." SEMANA

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  2. "El canciller de Chile, Alfredo Moreno, dijo el sábado que será importante la reflexión que pueda hacerse sobre una posible despenalización de las drogas en la Cumbre de las Américas de abril próximo en Colombia." EL ESPECTADOR

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  3. "El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo que existe una posición de "casi" consenso entre los países de la región para asistir a la Cumbre de las Américas, y afirmó que hay que denunciar la "exclusión anacrónica" de Cuba en ese foro y plantear que esta sea la última reunión del mecanismo sin la isla." EL COLOMBIANO

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  4. En diálogo con La W Radio, la canciller colombiana María Ángela Holguín dijo que si la discusión sobre las drogas inicia con la legalización, “el tema muere ahí”. Afirmó que el presidente Juan Manuel Santos propondrá analizar las diferentes posibilidades en política antidroga.

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