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martes, 7 de febrero de 2012

El boicot de la Cumbre de las Américas: otro espectáculo de la hermandad latinoamericana


07/02/2012

María Camila Morales

Era cuestión de unos meses para comprobar, una vez más, que la hermandad latinoamericana sirve solamente para titulares de fotos y viajes presidenciales pagados por el erario público.

En la Cumbre de Caracas, realizada el mes de diciembre, se oficializó la creación de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) los mandatarios presentes alabaron la importancia del diálogo, la necesidad de ser solidarios y complementarios. Todos capaces de sentarse en una misma mesa para expresar sus ideas, sus logros y hasta sus desacuerdos.

No obstante, en dicha cumbre, ninguno de los países anunció su salida de la Organización de Estados Americanos. ¿No hubiera sido el momento para que los países del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de América) que quieren liberarse de la tutela política de Washington en la OEA, lideraran la estampida hemisférica? El escenario era el indicado: el nacimiento de una integración acorde con sus discursos ideológicos.

Venezuela, Nicaragua y Ecuador intentaron impulsar el debate para acabar con la OEA en Caracas, pero no lo lograron porque países como Chile, México, Colombia e incluso Brasil no ven la incompatibilidad entre los dos organismos regionales. Los 32 países terminaron con una foto de familia felicitándose por el éxito obtenido.

Pero dos meses después de las celebraciones, los integrantes del ALBA pasaron a las amenazas y chantaje contra “los hermanos” latinoamericanos. Si Cuba no es invitada a Cartagena de Indias a la VI Cumbre de las Américas, no asistirán.

Una nueva embestida del ALBA contra la integración panamericana. Y el pretexto es Cuba. Pese a que Raúl Castro reiteró en la Cumbre de la CELAC que “jamás” volverá a la OEA, el presidente ecuatoriano Rafael Correa se ha apoderado de los intereses de la diplomacia cubana.

El mandatario pareciera olvidar que el 3 de junio del 2009, una resolución por consenso de la OEA en Honduras dejó sin efecto las disposiciones que mantenían a la isla suspendida de la organización.

Cuba reaccionó en aquella época mediante un comunicado en el que decía: "un día histórico y de reivindicación para los pueblos de nuestra América". Por su parte Hugo Chávez añadió: "Cuba no está solicitando reintegrarse a la OEA, el gran mérito de Cuba es haber resistido al imperialismo."

La Cumbre de las Américas es el gran mecanismo de encuentro de los 34 países miembros de la OEA, para “acordar mandatos de acción colectiva en temas de interés regional”; una reunión más del club al cual no quiere regresar el régimen de La Habana.

Estados Unidos ha salido a recordarle a la región  que Cuba no tiene “mejoras significativas en libertades políticas y en democracia”. Por lo tanto, no aceptará que se discuta su participación.

Nada sorprendente en la diplomacia de Washington. Hasta que no caigan los hermanos Castro, Cuba seguirá aislada. Colombia, sin embargo, puede arriesgarse y pedirle a sus pares que voten para decidir si envía o no la invitación.

La Canciller colombiana, María Angela Holguín, sorprendida por el desafío ecuatoriano, está intentando salvar la Cumbre con mucho tacto. Viajará a La Habana para explorar “el tema” y buscar una salida a la incómoda situación.

Un desgaste diplomático innecesario cuando los gobiernos deberían estar concentrados en los objetivos y la declaración final de Cartagena, para que no sea otra cáscara de buenas intenciones como sucedió en Trinidad y Tobago en el 2009.

A nivel estratégico no queda duda que el ALBA se quiere alejar de lo que llama “la legalidad oligárquica” de la OEA y denunciar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) que amarra sus destinos de defensa regional con Washington.

Pero salirse de la OEA y de su Sistema de Integración Interamericano significa igualmente no recibir más créditos ni apoyo financiero (Banco Interamericano de Desarrollo) y se les suspenderían entre otros, todos los programas de ayuda para educación y salud que reciben en la actualidad.

Una lectura del artículo 143 de la Carta de la OEA  resolvería sin más ambigüedad el problema de aquellos países que quieren abandonar el paraguas que los une a Estados Unidos y Canadá. Deben transcurrir dos años para que el Estado denunciante quede desligado de la Organización  bajo condición de haber cumplido con todas sus obligaciones en el Sistema Interamericano. ¿Será ese el próximo paso de los países del ALBA?

Si no van a Cartagena, ¿qué habrán ganado? Demostrar una vez más que a pesar de las fotos de la CELAC, las diferencias ideológicas no permiten avanzar en la integración política, económica y de defensa a la que los gobernantes dicen aspirar.

Por el contrario, se está acercando el momento de decidir si el futuro será con los bolivarianos del ALBA o con los panamericanos del Arco del Pacífico.

1 comentario:

  1. "Reiteramos al mismo tiempo que Cuba no regresará a la OEA, ni le interesa tener ninguna relación con esa organización, que ha servido para propósitos de dominación, ocupación y agresión, como plataforma de los Estados Unidos para agredir y expoliar a la América Latina y el Caribe", pero queremos ir a la Cumbre de las Américas en Cartagena, añadió. "El Tiempo". ENTONCES????

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