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miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿Dónde están los petrodólares de América Latina?

16/11/2011

María Camila Morales

Después de una estadía en los Emiratos Arabes Unidos (UAE) es casi imposible no preguntarse qué hubiera pasado en nuestros países si los petrodólares no se hubieran desperdiciado.

Porque la bonanza petrolera (crudo Brent superó 100 dólares en el 2008, 2010 y 2011) le tocó a todos los países exportadores aunque en cantidades y ritmos diferentes, pero millones de dólares llegaron a las arcas de los Estados.

No podemos decir que el emirato de Abu Dhabi sea como Ecuador o que el emirato de Dubai sea como Venezuela pero si hay algunas lecciones importantes por aprender de los países del Golfo Pérsico en materia de diversificación e inversión petrolera. No son tampoco el mejor ejemplo de democracia y de respeto de Derechos del Hombre pero reproches de índole parecida también pueden recaer sobre algunos de los gobiernos latinoamericanos.

Primero que todo en infraestructura: en diciembre de 1971 los Emiratos Arabes Unidos nacieron como país. Después que Gran Bretaña dejara de ejercer su protectorado sobre los emiratos, siete de ellos se pusieron de acuerdo para reunirse y así poder sobrevivir. Perlas, pescado y dátiles eran los productos fundamentales de sus frágiles economías hasta que hallaron petróleo (1966). Los guías turísticos en Abu Dhabi no ocultan que en los años sesenta no había escuelas y que encontrar un doctor era una proeza por no decir un milagro. Pero con los primeros ingresos del oro negro empezaron a construir infraestructura. No solamente para que sus habitantes pudieran vivir con las maravillas del siglo XX (electricidad, agua potable, teléfonos) sino para poder seguir desarrollando toda la cadena productora de petróleo y sobre todo para que sus beneficios quedaran en las manos de los emiratíes (en particular en la familias de los jeques). El resultado fue invertir en carreteras, autopistas, puertos, aeropuertos y plantas de desalinización de agua.

Segundo: la diversificación de su economía. El fallecido jeque de Abu Dhabi, Zayed bin Sultan Al Nahyan, no le apostó exclusivamente al petróleo y reconoció que las reservas un día se agotarían. Por eso impulsó con los primeros petrodólares la creación de servicios financieros, de seguros, zonas francas, y nuevas industrias como aluminio, cemento, textiles y gas. Dubai que además tiene menos petróleo de Abu Dhabi, optó por mejorar el turismo, la construcción y el trasporte marítimo y aéreo. Emirates Airways tuvo ganancias en el 2010 por 1.600 millones de dólares y el aeropuerto Dubai Internacional espera ser en el 2015 el más importante en tráfico de pasajeros y conexiones del mundo.

Tercero: para mantener a los emiratíes contentos los jeques invirtieron en salud, vivienda y educación gratuita para todos aquellos que tienen pasaporte de los Emiratos Arabes Unidos. Privilegios más que derechos comparados con el resto de los habitantes (inmigrantes de India, Bangladesh, Pakistán, Irán entre otros) pero resultan una ganancia que aumenta la prosperidad para casi un millón de personas.

Cuarto: menos impuestos para atraer más inversión. Una teoría que implementó el jeque Maktoum bin Hashar en 1894 quien decidió que los negociantes de perlas no pagarían impuestos. Y la tendencia siguió con la exención del impuesto sobre la renta para todos los comerciantes y trabajadores hasta nuestros días.

Un amigo me decía que los Emiratos pasaron del camello al Rolls Royce sin haber visto un Renault 4 y que ese aprendizaje es necesario para adaptarse a los desafíos del mundo moderno. Pero comparado con América Latina que si vivió la época del Renault 4, pareciera que la bonanza petrolera nunca alcanza para cambiar la vida de quienes también tienen todo el derecho de aspirar a una mejor situación económica.

¿Qué ha pasado con el dinero del petróleo en Colombia? Las prioridades han sido diferentes y la inversión en infraestructura no encabeza la lista. La lucha contra la guerrilla, contra el narcotráfico necesitan financiación y el petróleo es la mejor caja menor. Sin hablar de la corrupción que se denuncia constantemente por el mal uso de las regalías petroleras en los departamentos más necesitados.

En Venezuela, PDVSA la compañía insignia del país, ahora aparece más endeudada que nunca. El diario El Universal escribe: “Ante la voracidad fiscal del Ejecutivo Nacional, ni siquiera el astronómico precio del barril ha cubierto la demanda de recursos por parte del gobierno.” Y añade: “durante el año 2011 Petróleos de Venezuela ha emitido casi 10.400 millones de dólares de nueva deuda”; “la deuda con proveedores a mitad de año se calculaba en 6 millardos de dólares.”

Ecuador y Argentina se suman a los países con petróleo cuyos dividendos son una gran incógnita en cuanto a su apropiada reinversión. Brasil es el único país de la región que ve los frutos de su oro negro en progreso y menos pobreza.

Realidades diferentes (tamaño, regímenes, condiciones geográficas) pero el petróleo en común. Países sin adecuada infraestructura, salud y educación no pueden progresar y los Emiratos Arabes Unidos han trabajado para ponerle coherencia a sus políticas de desarrollo. En efecto las familias de los jeques cada día son más ricas pero reinvierten en sus emiratos. En América Latina los funcionarios que de lejos o cerca tiene que manejar las regalías petroleras se enriquecen y sacan los millones del país.

Venezuela, según últimas estimaciones de la OPEP supera a Arabia Saudita en reservas probadas de petróleo, ¿qué va a pasar con ese tesoro? Ojalá que por lo menos permita construir una autopista que no se caiga y que comunique con rapidez y seguridad a Caracas con el aeropuerto Simón Bolivar de Maiquetía.








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