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lunes, 5 de diciembre de 2011

La CELAC otro espejismo latinoamericano


5/12/2011

María Camila Morales

Si el Purgatorio está tapizado de buenas intenciones según el refrán  popular, los latinoamericanos y caribeños lo viven todos los días por culpa de sus mandatarios.

En Caracas el fin de semana pasado, nació otro proceso de integración regional de la mano del presidente Hugo Chávez. La CELAC: la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

Una vez más vimos un gran despliegue diplomático, una intensa agenda temática, largos discursos y sonrisas para las fotos históricas que se supone marcaron el inicio de la unidad latinoamericana.

La CELAC se suma y no diluye - como advirtió el presidente Juan Manuel Santos - a la OEA, a UNASUR, al ALBA, a la Alianza del Pacífico, a CARICOM, a la ALADI, al SELA y a la CAN entre otros. Es decir: una iniciativa más o como dice el diario Página12 : “otra forma de reunirse y discutir en un mundo multipolar”.

Y al parecer eso es lo que caracteriza a la región: las cumbres, las reuniones extraordinarias y las conferencias pero los problemas siguen siendo los mismos. Aunque los múltiples organismos regionales deberían acercar a los gobiernos y ser el foro para resolver las diferencias sin tutelas de nadie, como asegura el mandatario de Ecuador Rafael Correa, los países de la zona no lo logran. Suelen terminar, en especial los vecinos, en crisis diplomáticas con graves consecuencias económicas para los involucrados.

En Caracas, el presidente chileno Sebastián Piñera le dejó claro a su colega Evo Morales que la salida al mar que reclama Bolivia se zanjará bajo la lupa de los acuerdos internacionales vigentes. Poco margen tendrá entonces la CELAC para dirimir dicha controversia.

Los conflictos ideológicos y hasta las peleas de vieja data terminan tarde o temprano opacando el avance de la unión y de sus supuestos frutos. Raúl Castro en su discurso explicó a todos los países la necesidad de cortar con el yugo norteamericano si quieren una verdadera integración.

Otra inquietud que deja la CELAC es ¿cómo va a ser financiada su agenda? Porque sus ambiciones son numerosas y necesitan que sean implementadas por algunos funcionarios. Las cancillerías de los 33 países no tienen la capacidad de ocuparse de todo.

“Coincidencialmente” el Secretario de Administración y Finanzas de la OEA, Gerald Anderson, recordó que varios países tienen deudas pendientes con ellos. Brasil debe nueve millones de dólares y Venezuela dos y medio millones de dólares. Estas no son muestras alentadoras del compromiso de seriedad adquirido con dicha organización.

La cantidad y la calidad no pueden ser confundidas una vez más en Latinoamérica. Si la CELAC va a ser la semilla de la soñada unión continental (sin Estados Unidos ni Canadá) entonces es hora de saber concretamente cómo proceder para poder integrar los mecanismos ya existentes.

Por el momento habrá que dar un compás de espera pues aún no se sabe si las decisiones de la CELAC se tomarán por consenso o por mayoría. Ojalá que cuando esos detalles se solucionen seguramente en otra cumbre, la integración de la que tanto se ha hablado pase de los discursos a la realidad.

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