24/04/2012
Sofía Sánchez
Para los 50,5 millones de hispanos en Estados Unidos, las elecciones
presidenciales de noviembre, no solamente van a definir el futuro del país,
sino que serán cruciales para los estudiantes indocumentados que tienen la
ilusión de obtener un diploma y salir adelante en estas nuevas tierras. Que sea
demócrata o republicano el presidente elegido, tendrá que pronunciarse
claramente acerca del Dream Act.
Introducido en el 2001 por los republicanos y demócratas, fue presentado
en el Senado por segunda vez en mayo del 2011 como un plan para ofrecer residencia
condicional a jóvenes indocumentados que anhelen estudiar sus carreras
universitarias o dedicar dos años de su vida al ejército estadounidense.
Este esfuerzo federal se enfoca en los inmigrantes indocumentados que
ingresaron a Estados Unidos siendo menores de edad y no han logrado cambiar su
estatus legal. Pero la ayuda se concentra en aquellos estudiantes que han
sobresalido en los colegios estadounidenses y tienen el sueño de cursar una
carrera universitaria pero por falta de documentos y recursos financieros, no
tienen el derecho de inscribirse en universidades públicas.
Para ellos, el Dream Act es la
oportunidad de asistir a las aulas en las grandes universidades estadounidenses
y aprovechar las posibilidades del
“sueño americano”, pero una reforma o demora en su aplicación podría resultar
incluso en su deportación a un país que ya no consideran el suyo.
Hasta el momento el presidente Barack Obama ha sido el portavoz en el
Congreso para el proyecto del Dream Act
y ha confirmado el apoyo a la comunidad hispana, mientras que Mitt Romney
(favorito de los republicanos) reduciría su alcance como lo ha anunciado de los
debates. Aunque esperan los votantes que en los próximos meses establezca su
opinión acerca del tema.
Al principio de las primarias conservadoras, Romney no patrocinaba la
oportunidad de ofrecerles un estatus legal a menores indocumentados, pero con
la necesidad del electorado latino para garantizar su victoria en noviembre, ha
empezado a considerar la nueva propuesta del Dream Act, redactada por Marco Rubio.
La versión del senador de La Florida de origen cubano, es menos "agresiva" contra los hispanos. Reconoce los beneficios del Dream Act para aquellos
estudiantes (y militares) que entraron como menores y que fuera de tener
excelentes calificaciones no han cometido ningún delito. Pero el sueño llegaría
hasta la residencia ya que no tendrán acceso a la ciudadanía norteamericana.
En plena crisis financiera nacional (falta de apoyo de los gobiernos
estatales) y en campaña electoral el proyecto es aún más complicado de poner en
marcha porque enciende una controversia cultural.
Ciudadanos americanos consideran que este apoyo a los indocumentados no
es legal. Argumentan que al violar las reglas de entrada al país los jóvenes
ilegales no merecen la ayuda federal de Estados Unidos.
Sin embargo, la controversia del Dream Act ha despertado a millones de inmigrantes indocumentados y los ha inspirado para ser portavoces de su defensa. Superando el miedo a las autoridades, ya no se ocultan y, como hijos de inmigrantes, han manifestado en las calles su deseo de adquirir una educación universitaria y formar parte
del país que consideran suyo.
La falla más grave del programa es que necesita una reforma migratoria
que acompañe los buenos resultados académicos de los beneficiarios. De lo
contrario después de su licenciatura universitaria y el vencimiento de su
residencia condicional, ¿qué harán?; ¿con qué documentos podrán trabajar para
aprovechar sus carreras?
Si se abren oportunidades para la comunidad hispana ilegal por medio de
la educación se podrá ayudar a la economía de Estados Unidos. Pero para integrarse
en un país hay que sentirse parte de él y eso puede empezar con un diploma
universitario pero debe terminar con la ciudadanía.
Liberales, activistas de inmigración y Roig Franzia, del Washington Post, sugirieron en un artículo publicado el 25 de abril pasado, que los padres de Rubio no eran precisamente exiliados políticos, sino más bien inmigrantes típicos. Los exiliados cubanos han rechazado la idea. "Nuevo Herald"
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ResponderEliminar“Nadie está proponiendo el argumento de que estos jóvenes tienen un derecho legal a estar aquí. Ellos no tienen un derecho legal”, dijo Rubio.
ResponderEliminarObama respalda de nuevo el DREAM Act:03/05/2012
ResponderEliminarEl presidente Barack Obama dijo el jueves a los hispanos que está dispuesto a firmar un proyecto de ley que permitiría a estudiantes inmigrantes sin autorización legal un camino a la ciudadanía, una medida que él califica como una reforma de “sentido común". Nuevo Herald.
JORGE RAMOS periodista UNIVISION: "Es cruel y absurdo que niños indocumentados puedan asistir a la escuela hasta llegar a la fecha de graduación de la preparatoria, o high school, a pesar de su estatus de ciudadanía, y sin embargo se les niegue la oportunidad de seguir avanzando porque no son elegibles para la mayoría de las becas universitarias o para el pago especial de colegiaturas que reciben los jóvenes estadounidenses de sus estados de residencia". Infoabe
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