15/12/2011
María Camila Morales
¿Qué se le debe dar a los niños en época de Navidad?
Muchas personas piensan en los regalos pero olvidan lo fundamental: cariño y un
hogar feliz.
Eso es lo que quiere ofrecerles el columnista del
diario New York Times, Chandler Burr, a sus dos hijos (13 y 10 años) adoptados
legalmente en Colombia. Sin embargo, puede que su deseo no se realice porque la
Procuraduría General de la Nación quiere impugnar el proceso de adopción.
Chandler Burr es homosexual. En Colombia como en
Latinoamérica, la Iglesia y una parte importante de la sociedad siguen pensando
que ser homosexual es incompatible con tener una familia y hasta con Dios.
Algunos abanderados de los valores humanos decidieron
que los homosexuales no pueden ser ni buenos padres ni buenas madres y mucho
menos darles a los hijos adoptados una vida estable. Concluyen entonces que
solamente un hombre y una mujer son capaces de criar hijos modelos que repetirán
las maravillas que producen todos los matrimonios heterosexuales.
Pero ¿qué necesita realmente un niño para ser feliz y
poder crecer como “una persona buena”?. Porque al parecer, esa es la principal
preocupación de la Iglesia católica colombiana: un homosexual no puede
brindarle felicidad a un hijo y sobre todo lo llevará por el camino de las
aberraciones sexuales.
Las teorías de lo que necesitan los hijos son
múltiples y varían con las épocas y las escuelas de psicología. Van desde la
imagen de un padre y una madre hasta la disciplina y la libre afirmación de su
personalidad. Pero cada teoría tiene su contradicción: ni los hijos de madres
cabeza de familia ni los huérfanos son necesariamente desadaptados sociales o
desequilibrados mentales.
La homosexualidad no es una enfermedad, ni un vicio ni
una tragedia. Tampoco es una tendencia sexual o cruce de cables como dice
Monseñor Juan Vicente Córdoba, Secretario General de la Conferencia Episcopal.
Es una realidad que en América Latina la mayoría de personas siguen
desconociendo y/o prefieren criticar.
Mientras el periodista de Nueva York intentaba
explicar que su comportamiento como padre no es diferente a aquel de un
“hombre”, en la televisión nacional los homosexuales son un tema de burla. Para
los libretistas ser homosexual equivale a una caricatura de la cual se puede
hablar en América Latina en horarios familiares.
¿Por qué no muestran a las parejas homosexuales
estables, con éxitos, dolores y sentimientos iguales a las erróneamente
llamadas parejas normales? El bienestar de los hijos (adoptados o no) es una
cuestión de amor, responsabilidad y madurez y no de “preferencias sexuales.”
No es la condición sino el comportamiento de los
padres como seres humanos el que deberían estudiar las autoridades competentes.
Y eso fue lo que hizo la juez de familia que aprobó la adopción de Burr; nunca
le preguntó ni por su orientación sexual ni por su religión pues habría sido
una discriminación. En Colombia las personas solteras sí pueden adoptar.
A Chandler Burr lo van a acusar de no haber revelado
su homosexualidad a la hora de hacer la solicitud de adopción de los dos
menores de edad. Sin duda una omisión fundada por la homofobia que existe en
varios sectores de la sociedad colombiana.
Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
(ICBF) hay 8.811 niños “difíciles” que por su avanzada edad no encuentran
hogares de heterosexuales que los quieran adoptar. Viven en orfanatos y deben
estar oyendo con gran desconsuelo el debate religioso y jurídico de los adultos
que dicen velar por sus derechos.
Ojalá que cuando estén tristes y soñando con el abrazo
de un padre o una madre que los quiera no se encuentren con una sociedad que
quiere cerrar las puertas a dicha felicidad.
Si en el caso de Chandler Burr se está juzgando la moralidad,
lamentablemente tanto la Iglesia católica como la rama judicial en Colombia
tienen “omisiones” más serias que las del padre adoptivo.
Gay parents "tend to be more motivated, more committed than heterosexual parents on average, because they chose to be parents," said Abbie Goldberg, a psychologist at Clark University in Massachusetts who researches gay and lesbian parenting. Gays and lesbians rarely become parents by accident, compared with an almost 50 percent accidental pregnancy rate among heterosexuals, Goldberg said. "That translates to greater commitment on average and more involvement. Huffington Post enero 2012
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